Las cannabáceas son una gran familia de plantas con flores, que constituyen más del 99% de las especies del mundo vegetal. Incluye el Cannabis sativa, el Cannabis indica y otras variedades. La familia Cannabaceae está formada por las siguientes subespecies de cannabis: Canna indica (cáñamo indio), Canna edulis (cáñamo de las Indias Occidentales), Canna japonica (cáñamo japonés), y Cannabis indica var. imperata (de corta estatura).
La mayoría de la gente cree que la sativa es la más popular. Suele ser la última en florecer y la que crece más alta entre las diferentes subespecies de sativa. Podemos encontrar algunas cepas de esta planta con bajos niveles de THC (cáñamo) y otras con altos niveles de THC (marihuana).
La indica tiene un ciclo de vida más corto y florece antes, da más frutos y crece menos que la subespecie anterior. Aparte de eso, no incluye ninguna variedad de cáñamo. Esta especie se clasifica como cannabis porque todos sus miembros se consideran marihuana.
La ruderalis es una planta diminuta (rara vez supera los 60 cm) que es extremadamente duradera y difícil de erradicar con THC en su flor, pero más CBD. Otra distinción importante entre ella y sus hermanos es el hecho de que florece rápidamente si se deja durante 10 semanas sin exponerla a la luz, a diferencia de las dos cepas anteriores.
La estructura y el método de producción varían según el tipo de cannabis. Los tres tipos se distinguen por factores como su composición genética, patrones de crecimiento e incluso feromonas. Sin embargo, cuando hablamos de cepas, las cosas se complican un poco más; son esencialmente las diferentes variaciones que puede sufrir cada subespecie de la especie Cannabaceae.
El caso del cáñamo y la marihuana es un excelente ejemplo de la importancia de las variedades. Sí, ambas están clasificadas dentro de la misma subespecie debido a su similitud genética, pero contienen distintos niveles de sustancias químicas y muchas más distinciones. Sus distintos hábitos de floración son sin duda la diferencia más evidente.
Cáñamo vs marihuana
La planta de cáñamo, por otro lado, es un tipo de cannabis sativa que suele tener menos del 0,2% o 0,3% en peso seco de THC (dependiendo de las leyes de cada país), y se utiliza sobre todo para crear textiles, biodiésel y suplementos nutricionales como el CBD. Su contenido de CBD suele ser extremadamente alto (>10% en peso seco generalmente), lo que explica que su fruto no tenga efectos psicotrópicos. Esta planta se cultiva legalmente en prácticamente todo el mundo por estas razones.
El cannabis indica y el cannabis sativa con más del 0,3% de THC en peso seco se conocen como marihuana. Se trata de un tipo de cannabis sativa y/o cannabis indica que se utiliza para obtener frutos psicoactivos. En realidad, tiene una concentración de THC del 10% al 25% en peso seco.
Aunque puede contener mucho CBD (incluso más del 20%), también puede tener muy poco peso seco (menos del 1%). Por ello, esta planta se utiliza habitualmente con fines recreativos y para la producción de aceite (sobre todo de sus semillas), a pesar de que el consumo de flores de marihuana está prohibido en la mayoría de los países.
La diferencia más significativa entre la marihuana y el cáñamo es que este último contiene muy poco o nada de THC, el componente químico del cannabis que provoca un subidón eufórico.